19 diciembre 2006

2-DOS Prologo La Sombra de la lluvia

“LA SOMBRA DE LA LLUVIA” / “THE SHADOW OF RAIN"
Prólogo 2

Orquídeas montevideanas (Foto: Iaco Iacovovici, 2004)

* Pórtico y doble coro con coral: Allegro molto ma non troppo

© Inédito, Santiago Rocha y Daniel Mc Riley

Vivir no es transcurrir. He descubierto que amo la vida como totalidad, sin destacar algún ser de la existencia por sobre otro. Si amo la vida, no la transcurro, sino que la vivo.
La pulsión de Ser en el Universo es algo mágico. Nos hace vivir de verdad.
Podría ser una elección eventual tan sólo transcurrir el tiempo; pero creo que somos potencialmente capaces de vivir el tiempo, si estamos dispuestos.
Vivir el Tiempo significa: vivir en la sombra de la lluvia.


Cuando era guía de turismo en el sur de la cordillera neuquina, allende la lejana estrella Patagonia, tuve un encuentro revelador con la naturaleza del bosque. Un día, un turista americano se cautivó por un sector oculto del bosque de lengas. Pareciera que ese lugar guarda secretamente la esencia del tiempo. No sé si existe alguna referencia esotérica de los antiguos, pero creo que un lugar así -donde habita todo el tiempo del mundo-, merecería convertirse en leyenda.

Aquel turista, señalando el sector mágico del bosque, me dijo: “-That, is the shadow of the rain-.”Sucede que aquella zona tiene algo particular; algo que la separa inexorablemente del mismo bosque, de las montañas, incluso de la vida, o de la muerte.

En ese lugar del crepúsculo de lengas, los árboles están tan apiñados, que la luz del sol no llega. Sin embargo, esos árboles están vivos. Parecen árboles muertos, y la oscuridad se hace tan densa, el tiempo se vuelve tan detenido, que al transitar ese Universo una extraña sensación te envuelve. Descubrí una hermosa roca donde cada vez que tengo unos momentos para mí, voy a sentarme a solas con mi soledad y mis pensamientos.

La vida y la muerte se unen en el paisaje, densidad verdeazul de un territorio incierto.
Como las últimas imágenes de nuestra vida, las verdaderas imágenes de nuestra existencia.Por lo tanto, la muerte no existe.Existe el temor a la muerte.Y aquellos árboles no sienten temor.Viven la eternidad del bosque, la no-luz, la no-lluvia... viven el Tiempo.

Y se alzan así, desafiantes en su oscuridad, en busca de un punto de luz que los cubra, sin siquiera intuir que el cielo diáfano y celeste, la montaña y el sol están sobre su propio desafío, sobre su propio designio de vivir.
Vuelven a mí aquellos reflejos en el alma oculta del bosque: si el sol no llega a esos árboles, tampoco la lluvia. Y, sin embargo, viven. Te amo y te amaré mientras me quede aliento y después también.

¿Sería posible, para nosotros, captar la esencia del tiempo detenido?¿Sería posible ser un fragmento de bosque en la noche eterna?
Yo quisiera sentir qué es vivir en la sombra de la lluvia.
Yo quisiera saber si alguna vez fui bosque, y viví en la sombra de la lluvia.
¿Alguna vez te lo preguntarías?...


“LA SOMBRA DE LA LLUVIA” / “THE SHADOW OF THE RAIN”
Santiago Rocha, Zanzíbar, Océano Indico, 7 de setiembre de 2002
Daniel Mc Riley, Lagunas de Epu Laufquén, Neuquén, Patagonia Argentina, 7 de febrero de 2000


Expansión (Enrique Morel, óleo pastel, 2005)

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